Are you there? Can you hear me? {Familia Adams}

Y sin saber como, desperte otra vez. Seguia en mi cunita, abrazado a mi osito. Parecia que hubiera dormido durante mucho rato, asi que quizas papi y mami ya no estarian enfadados. Mire a mi movil, me encantaban los pajaros, sobre todo uno que habia de color azul, como mi mantita. Alce una mano hacia el y se movio un poco para luego parar, por lo que rompi a reir bien alto. Queria que mami viniera y lo viera.

Suspire contra sus labios al sentir su mordida. Enrede mis dedos en su cabello para seguir besándolo con intensidad.
Cuando sentí su mano ir hacia el cierre de mi vestido mis manos viajaron a su camisa y empece a desabrocharla hasta que todos los botones quedaron libres.
Mis manos acariciaron su pecho por sobre la tela de la camiseta interior cuando de pronto me detuve en seco.
Lleve mis manos a las suyas evitando que terminara de desabrochar mi vestido. Me levante de inmediato, estaba segura que había escuchado la risita de mi bebé, eso no podía haberlo imaginado.
Me levante de la cama y corrí hasta la habitación de Doug -Douggie- Dije sobresaltada cuando abrí la puerta del cuarto. Observe el móvil de su cuna moverse apenas un poco y me acerque a la cuna pero estaba vacía.

Deje mis manos en el borde de su vestido cuando ella comenzó a desabrochar la camisa y acariciar mi pecho por encima de la camiseta, pero el movimiento cesó de un momento a otro. Me quedé quieto y vi como ella se levantaba de golpe y corría hacia la habitación que era de nuestro pequeño. Me levanté y fui corriendo descalzo hasta allí también para verla frente a la cuna vacía. El viento que se colaba por la casa era helado o quizá daba esa impresión al estar sin la presencia de mi campeón. No dije nada, solo me posicioné a su lado poniendo mi mano sobre su hombro.

Seguia riendo por lo que habia echo cuando mami entro corriendo, pero ella no se reia. Papa llego detras, colocando una mano en su hombro y mirandome. Porque seguian tristes? Solte una carcajada mas, queriendo que se rieran conmigo y alce mis brazos

Me gire cuando sentí la mano de Marcus en mi hombro y me gire de nuevo a la cuna cuando de nuevo escuche su risa. -Creo que me estoy volviendo loca- murmure mirando fijamente la cuna y sonriendo con tristeza -Estoy segura que lo acabo de escuchar reírse- me acerque a la cuna y le di un poco de cuerda al móvil para que sonara aquella canción de cuna mientras giraba lentamente.

Negué con la cabeza cuando dijo que se estaba volviendo loca. – Cariño pasó hace muy poco tiempo, no te estás volviendo loca, es algo normal – susurré dándole una leve caricia en la espalda cuando le dio cuerda al móvil. – Seguro ahora está con otros niños, quizá Steven lo haya encontrado – murmuré con tristeza recordando a mi pequeño hermano.

Mami estaba triste y no se reia, pero dio cuerda a mi movil, haciendo sonar la cancion que utilizaba siempre para dormir, por lo que aplaudi contento. No estaba enfadada, solo triste, y parecia que papi tambien, aunque no entendia porque.

Asentí a sus palabras cerrando un poco los ojos -Eso espero- murmure consolada por la idea de que mi bebé no estaba solo, si no con Steven, el hermano menor de Marcus que había muerto cuando solo era un pequeño niño.
Suspire y encendí la luz de noche de Doug y mire la cuna -Dulces sueños mi cielo- murmure como solía decirle a mi pequeño todas las noches cuando él ya estaba dormido. -Vayamos a dormir, mañana tienes que ir a trabajar- comente tomando la mano de Marcus y saliendo de la habitación cerrando la puerta tras de nosotros.

Al parecer las simples palabras que le había dicho lograron que entrará en razón. Usualmente no tocaba el tema de Steve, pero con todo esto que había pasado con Doug, era inevitable pensar en ambos. Hice una mueca cuando dijo buenas noches y me jaló la mano para regresar al cuarto, después de todo no podía huir del trabajo mañana. – Sí, tienes razón – suspiré cerrando la puerta detrás nuestro y caminando en la escasa luz del pasillo hacia nuestro cuarto.

Cuando mami prendio la luz y me dio las buenas noches lo supe. No estaban enfadados, y yo les ayudaria a no estar tristes. Cerre mis ojitos ya mas contento y me abrace a mi osito.

Llegamos hasta la habitación y me quite el vestido para ponerme mi pijama y me metí a la cama. -Buenas noches amor- murmure antes de darle un beso en la comisura de los labios para después girarme hacia mi almohada.
No había notado lo exhausta que estaba hasta que me acosté, tan pronto mi cabeza toco la almohada me quede dormida.

Al llegar a la habitación me quité los pantalones y me metí a la cama con ella. Le sonreí medianamente cuando me besó antes de acomodarme detrás de ella abrazándole. – Descansa, amor – susurré en su oído y cerrando los ojos para que Morfeo me lleve con él, fuera de la pesadilla del día.

A la mañana siguiente sonó el despertador y solté un leve bufido mientras lo apagaba, no había descansado nada a pesar de haber dormido, me sentía agotada.
Me levante de la cama y me puse una bata de tela suave encima. Me acerque a Marcus y le di un beso en la frente -Amor despierta- dije moviendolo un poco para despertarlo.

Mientras esperaba que se arreglara baje a preparar el desayuno para almorzar juntos antes de que se fuera aunque realmente no tenía nada de apetito.

Descansar era algo imposible, pero lo habái logrado, al menos me había desconectado de la realidad durante un lapso indeterminado. ¿Cansancio? Pues claro que seguía ahi, es más sentía como si una aplanadora me hubiese pasado por encima cuando el beso de Gab me despertó de mi letargo. – Buenos días, linda – murmuré soñoliento mientras me levantaba por unos pantalones. Baje por las escaleras y le di un beso en la frente.

Había empezado a sacar las cosas para preparar tostadas con mantequilla y mermelada ya que no tenía ánimos para hacer algo mas complicado y puse la cafetera a calentar.
Escuche cuando Marcus bajaba y sonreí por su beso para después seguir preparando el desayuno. -Espero estés de humor para tostadas, no me apetece preparar nada más- comente mientras metía el pan en la tostadora.

Eché un vistazo alrededor de la cocina. La casa se sentía demasiado vacía sin las risas de mi campeón. Solté un suspiro cuando Gabi me dijo que esperaba estuviese de humor de tostadas porque no le apetecía nada más. – No creo que mi estómago pudiese pasar algo más. Las tostadas están bien – le tranquilizó antes de ir arriba por su camisa y bajar las escaleras abotonádosela. – Hoy no vuelvo hasta las cinco, pero si necesitas algo, cualquier cosa, me llamas y estaré aquí – dije preocupado.

Lo observe subir por su camisa y para cuando bajo ya había puesto el desayuno en la mesa y estaba sirviendo el café. Le serví tostadas y yo solo me serví una taza de café, no tenía estomago para soportar nada más pesado que el café caliente. -Descuida, estaré bien- dije forzando una sonrisa. Después del nacimiento de Doug había renunciado a mi trabajo para dedicarle todo el tiempo al menos hasta que entrara al kinder, pero ahora que no estaba tendría que reconsiderar el volver a mi trabajo, era una suerte que mi jefe me dijo que siempre tendría mi puesto asegurado en la compañía.

Me ajusté las mangas de la camisa en lo que me sentaba en la silla del comedor. Tomé una tostada y le di un mordisco dejándole por la mitad mientras tomaba un sorbo del café caliente. Sabía bien, pero no como de costumbre ,quizá mis papilas gustativas estaban bajo el mismo estado que mi mente. – En serio, amor – insistí bebiéndole por completo y mirando mi reloj. Estaba ajustado con el tiempo. Me levanté llevé la taza al fregadero y volví para abrazarle – Y no olvides, que te amo – agregué con una media sonrisa.

Termine de recoger los los platos y sonreí asintiendo para después darle un corto beso -También te amo- le asegure para después seguir.
Antes de que se fuera me gire a verlo -¡Marcus! Ten cuidado- dije un poco preocupada, no soportaría perderlo también a él, sería demasiado doloroso dos perdidas para poderlo soportar.

Asentí y me volví para tomarle el rostro para que sus ojos se encontraran con los míos. – Sí. Tu también por favor– le pedí en tono preocupado besando sus labios un instante antes de soltarle e ir por las llaves. Las tomé, me volteé a verla un instante y salí por la puerta hacia el colegio.

Sonreí cuando me beso y solté un pequeño suspiro mientras el se iba.
Termine mi café y después lave los trastes y los guarde, había decidido que hoy haría una limpieza intensa de la casa ya que si me detenía un momento me pondría a pensar en mi bebé y me desmoronaría.
Me puse a sacudir el librero que estaba en la sala, sacudiéndolos perfectamente.